El sistema capitalista, es incompatible como también lo fue el comunismo soviético y lo es hoy el estatalismo y seudo comunismo chino, para practicar los controles estatales, que el mundo necesita para la protección del medio ambiente. Por ello el desarrollo sostenible en si mismo es una contradicción de la que siembre saldrá ganando la economía sobre la ecología.
En los años 60 se toma conciencia, como en otros muchos asuntos, de las consecuencias catastróficas que estaba originando la máquina productivista de la economía. Y comienzan a expandirse los movimientos ecologistas que toman la bandera de defensa contra la desertización que ya en los años 50 se había iniciado con la perdida de la quinta parte de la superficie cultivable y la deforestación con desaparición del 42 % de las selvas tropicales (según datos obtenidos del libro de L.Boff . La dignidad de la tierra. Madrid: Trotta, 2000, p. 27). Y en nuestra región se inicia el grave deterioro de nuestros ríos, siendo parte de su causa el Trasvase Tajo-Segura, y la lamentable situación a la que se ha llegado al día de hoy con las Tablas de Daimiel. En Albacete a partir de la construcción de la Papelera de los Olmos, perdimos todo vestigio de fauna, al convertirse en una cloaca, todo el tramo del Canal de Maria Cristina. Igualmente nos paso con las lagunas de Acequión lugar visitado por una gran variedad de aves y patos que, hoy se encuentran totalmente desecadas. El diario Día en su edición del 11 Enero del 2007, el catedrático de UCLM Martín Santa Olla advertía que los acuíferos de nuestras tierras podían perder hasta el 20 % de sus reservas y que mas del 50 % de Albacete está en riesgo de desertificación.
En 1972 en la cumbre de Estocolmo se usó el termino “ecodesarrollo”, que fue hábilmente cambiado por el de “desarrollo sostenible” con intervención directa del propio Kissinger, y acuñada oficialmente en Rió en 1992. (Según Serge Latouche, en su libro “La apuesta por el decrecimiento pagina 104). Hubo una importante declaración de principios por parte de los gobiernos que participaron en el encuentro de Estocolmo. Esa cumbre colocó el tema en la agenda mundial y precisó la responsabilidad de los seres humanos en la conservación del ambiente. Y ahora pasados más de 30 años, seguimos de cumbre en cumbre, mientras las acciones radicales para salvar el planeta, caen en la fosa de la inoperancia tras cada cumbre.
Gro Harlem Brundtland, ex-Primera Ministra de Noruega, que participara en Albacete en la II Convención sobre el Cambio Climático, responsable del informe Brundtland, en el que por primera vez se expuso el concepto de “Desarrollo Sostenible” Vemos que no es la creadora de este concepto, si no que es la portadora de los intereses de Kissinger para que este se imponga. Y seguir ocultando a la sociedad, que el crecimiento económico no es sostenible, que detrás del concepto “desarrollo sostenible” se enmascara el problema, pues el adjetivo sostenible no quita la carga mortífera del sustantivo desarrollo. Los recursos naturales son limitados, por ello, la ciudadanía tiene que tomar conciencia que hay que frenar el modelo de crecimiento que la globalización nos esta imponiendo continuamente.
El crecimiento capitalista mira sólo a expandir los mercados, llenarlos de bienes y servicios, pero a los que sólo puede acceder una elite de grupos sociales o de países, sin importarle los parados, los empobrecidos, los parias de la tierra… los que mueren de hambre diariamente de pan y de justicia. La crisis actual nos lo está mostrando, solo a los ricos y a los que estamos en su área, no nos afecta.
Según la ONU, los países desarrollados, donde vive el 15% de la población, emiten actualmente la mitad del CO2 que toda la población mundial. La huella ecológica en Etiopía per. cápita es de 0’1 toneladas de C02, mientras que la de Canadá es de 20 toneladas de CO2 por habitante, por tanto la lucha contra el cambio climático exige una reparación por daños a los países pobres , que siendo los que menos emisiones de CO2 ha producido, serán los mas dañados por los efectos de las emisiones de gases contaminantes.
Decrecimiento significa, fundamentalmente echar el freno y parar este desarrollismo desbocado e inventar otro sistema económico que no necesite un crecimiento perpetuo. Basado en los valores de solidaridad, redistribución, austeridad y fraternidad. Y como decía el coherente y gran activista Gandhi: “Tenemos que aprender a vivir más simplemente para que los otros simplemente puedan vivir”
A titulo de conclusión se me ocurren estas preguntas:
¿Podremos superar con las estructuras actuales como causantes del mal, mediante reformas? ¿Es el crecimiento una cuestión ideológica y de valores? ¿Es el decrecimiento la solución inmediata? ¿O es el horizonte hacia donde partir? ¿Podemos confiar en los líderes políticos y sindicales, en su compromiso por acciones eficaces contra el cambio climático? Esta sociedad, adormecida e idiotizada ¿SERA POSIBLE QUE SALGA DE SU LETARGO? Con el fin de poder dejar a las futuras generaciones un mundo no peor del que nos dejaron nuestros padres.
Autor: Juan José Jávega
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En los años 60 se toma conciencia, como en otros muchos asuntos, de las consecuencias catastróficas que estaba originando la máquina productivista de la economía. Y comienzan a expandirse los movimientos ecologistas que toman la bandera de defensa contra la desertización que ya en los años 50 se había iniciado con la perdida de la quinta parte de la superficie cultivable y la deforestación con desaparición del 42 % de las selvas tropicales (según datos obtenidos del libro de L.Boff . La dignidad de la tierra. Madrid: Trotta, 2000, p. 27). Y en nuestra región se inicia el grave deterioro de nuestros ríos, siendo parte de su causa el Trasvase Tajo-Segura, y la lamentable situación a la que se ha llegado al día de hoy con las Tablas de Daimiel. En Albacete a partir de la construcción de la Papelera de los Olmos, perdimos todo vestigio de fauna, al convertirse en una cloaca, todo el tramo del Canal de Maria Cristina. Igualmente nos paso con las lagunas de Acequión lugar visitado por una gran variedad de aves y patos que, hoy se encuentran totalmente desecadas. El diario Día en su edición del 11 Enero del 2007, el catedrático de UCLM Martín Santa Olla advertía que los acuíferos de nuestras tierras podían perder hasta el 20 % de sus reservas y que mas del 50 % de Albacete está en riesgo de desertificación.
En 1972 en la cumbre de Estocolmo se usó el termino “ecodesarrollo”, que fue hábilmente cambiado por el de “desarrollo sostenible” con intervención directa del propio Kissinger, y acuñada oficialmente en Rió en 1992. (Según Serge Latouche, en su libro “La apuesta por el decrecimiento pagina 104). Hubo una importante declaración de principios por parte de los gobiernos que participaron en el encuentro de Estocolmo. Esa cumbre colocó el tema en la agenda mundial y precisó la responsabilidad de los seres humanos en la conservación del ambiente. Y ahora pasados más de 30 años, seguimos de cumbre en cumbre, mientras las acciones radicales para salvar el planeta, caen en la fosa de la inoperancia tras cada cumbre.
Gro Harlem Brundtland, ex-Primera Ministra de Noruega, que participara en Albacete en la II Convención sobre el Cambio Climático, responsable del informe Brundtland, en el que por primera vez se expuso el concepto de “Desarrollo Sostenible” Vemos que no es la creadora de este concepto, si no que es la portadora de los intereses de Kissinger para que este se imponga. Y seguir ocultando a la sociedad, que el crecimiento económico no es sostenible, que detrás del concepto “desarrollo sostenible” se enmascara el problema, pues el adjetivo sostenible no quita la carga mortífera del sustantivo desarrollo. Los recursos naturales son limitados, por ello, la ciudadanía tiene que tomar conciencia que hay que frenar el modelo de crecimiento que la globalización nos esta imponiendo continuamente.
El crecimiento capitalista mira sólo a expandir los mercados, llenarlos de bienes y servicios, pero a los que sólo puede acceder una elite de grupos sociales o de países, sin importarle los parados, los empobrecidos, los parias de la tierra… los que mueren de hambre diariamente de pan y de justicia. La crisis actual nos lo está mostrando, solo a los ricos y a los que estamos en su área, no nos afecta.
Según la ONU, los países desarrollados, donde vive el 15% de la población, emiten actualmente la mitad del CO2 que toda la población mundial. La huella ecológica en Etiopía per. cápita es de 0’1 toneladas de C02, mientras que la de Canadá es de 20 toneladas de CO2 por habitante, por tanto la lucha contra el cambio climático exige una reparación por daños a los países pobres , que siendo los que menos emisiones de CO2 ha producido, serán los mas dañados por los efectos de las emisiones de gases contaminantes.
Decrecimiento significa, fundamentalmente echar el freno y parar este desarrollismo desbocado e inventar otro sistema económico que no necesite un crecimiento perpetuo. Basado en los valores de solidaridad, redistribución, austeridad y fraternidad. Y como decía el coherente y gran activista Gandhi: “Tenemos que aprender a vivir más simplemente para que los otros simplemente puedan vivir”
A titulo de conclusión se me ocurren estas preguntas:
¿Podremos superar con las estructuras actuales como causantes del mal, mediante reformas? ¿Es el crecimiento una cuestión ideológica y de valores? ¿Es el decrecimiento la solución inmediata? ¿O es el horizonte hacia donde partir? ¿Podemos confiar en los líderes políticos y sindicales, en su compromiso por acciones eficaces contra el cambio climático? Esta sociedad, adormecida e idiotizada ¿SERA POSIBLE QUE SALGA DE SU LETARGO? Con el fin de poder dejar a las futuras generaciones un mundo no peor del que nos dejaron nuestros padres.
Autor: Juan José Jávega
